Con un par de audífonos comienza mí mundo, un mundo que nadie más que Yo conoce a la perfección. Un mundo en donde comienzo a extrañarte como nunca, a extrañar mil de cosas en tí y de tí, cómo si no fueran más...Te quiero tanto, esa esa la única verdad y creo saber que no hay ninguna otra de mayor importancia que ésta, sin embargo aún no logró entender el por qué de las armonías color grís cuándo mí música se congela, cuándo se oyen las últimas melodías de un piano y tú carita comienza a mimetizarse con la fría oscuridad de la noche y mi boca balbucea algunos sí, algunos no y algunos no sé. Mis manos juegan con estos cordones que raramente llevan la música a mis oídos, intentando ahorcar todo lo que un día fuimos...
En un futuro podré decir que amaba, o que tal vez sigo amando las melodías y los monumentos jamás nunca visto por nadie más que por tí y por mí. Nos dejamos llevar y ahora no hay nada de nada, sólo la esperanza de verte ahí como siempre, intentando ser parte de mí vida alocada que con suerte entiendes y que con suerte entiendo Yo; porqué sabes que estaré dando dos pasos hacía atrás cuándo tú darás dos pasos hacía adelante, sabes que intentarás decir más de una palabra, mientras Yo me las reservo pensando como sería nuestro mundo sin estos audífonos de mierda que perturban a cualquiera, a cualquiera que se llame sólo uno. Creo que en éste preciso momento me los quitaré y sé que tú no perderás tú tiempo, por lo cuál también lo harás. Nos miraremos y comenzaremos con esas caricias brutas de nunca acabar, porqué tú ser depende de mí y Yo lamentablemente dependo de tí y de esa música que nos hace ser lo que somos mientras bailamos al unísono, a nuestro ritmo que sólo por hoy llamaré : "Amor".
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