Hoy debería ser un día de playa. Imaginaré que son las seis de la tarde ya y que está bajando el brillo del sol para sacar fotografías típicas de atardecer que a las finales no tomaré porqué sé qué me quedaré “pegada” viendo aquellos colores mezclados románticamente. Imaginaré que debería estar sentada en la arena y sentiré la brisa en el pelo mientras intento atarlo. Debería quitarme la ropa y que alguien por detrás de un empujón me tiré al agua y entre aquel forcejeo nos hagamos reír, mientras jugamos a cualquier tontera tierna y hablamos de la vida caminando por la orilla del Mar...
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